Marruecos es nuestro vecino sureño. Como las nuestras, sus costas están bañadas por el oceáno Atlántico y el mar Mediterráneo. Dada la proximidad con España es un destino perfecto para los que quieren descubrir una cultura diferente a la occidental, y sin largas horas de vuelo de por medio. Marruecos es hermoso, delicioso, estresante y, sobre todo, hospitalario y amable. A pocas horas de decirle adiós y cruzar a Mauritania, y después de dos meses pedaleando por sus tierras, toca echar la vista atrás, recordar la ruta realizada y descubrir por qué Marruecos es uno de los mejores vecinos que podemos tener.
Marruecos en datos
País: |
Reino de Marruecos |
Lema: |
Allāh, al-Watan, al-Malik (en castellano, «Dios, Patria, Rey») |
Capital: |
Rabat |
Idiomas oficiales: |
Árabe y lenguas bereberes. También se habla francés y español. |
Forma de gobierno: |
Monarquía constitucional |
Religión: |
El 98,3% de la población es islamista |
Superfície: |
444.550 km² |
Punto más alto: |
Monte Toubkal (4.167 msnm) |
Población total: |
32.878.4006 habitantes |
Densidad: |
73,1 hab./km² |
Moneda: |
Dirham marroquí (DH) |
Uso horario: |
UTC |
Transporte
Caballo preparado para transportar en Tan-Tan, Marruecos.
Hay numerosas líneas de autobuses por todo el país, el medio de transporte más habitual (la compañía líder y con más cobertura es CTM, aunque los billetes son más caros en comparación con el resto). Además, ONCF gestiona las líneas ferroviarias, que unen las principales ciudades del país. Una sola vez he tenido ocasión de viajar en tren y fue el trayecto Fez-Meknes. Viajé en segunda clase, con asientos cómodos y espacios limpios. A la ida fue puntual e iba casi vacío; en cambio a la vuelta, me tocó ir de pie y pude comprobar lo que me habían advertido sobre la impuntualidad del transporte marroquí.
Otra opción para moverse por Marruecos son los taxis. Están los «petit taxi», en el que pueden viajar 3 pasajeros; aunque si al primer cliente le parece bien, durante el trayecto se puede subir otra persona más. Después están los «grand taxi», que son para trayectos más largos; el conductor suele esperar a que se llene para ir al destino. En las grandes ciudades los «petit taxis» funcionan con taxímetro y hay que asegurarse que el conductor lo utiliza. Los taxis de las pequeñas ciudades no tienen taxímetro pero suelen tener un precio estipulado de 5 DH (0,5 €) por trayecto durante el día y por la noche entre 6DH y 8 DH (0,6-0,8 €).
Comunicaciones
Hay cuatro grandes compañías de telefonía móvil, pero si queréis aseguraros la cobertura mi recomendación es que optéis por Maroc Telecom. ¡No cometáis mi error! Al llegar al Puerto de Tanger Med me vendieron una tarjeta SIM de la compañía Inwi para el móvil por 10€, y me dijeron que era de 10 y 4GB en todo Marruecos. Mis sospechas se hicieron realidad cuando pude comprobar que los 4 GB de conexión solo funcionaban en Fez y Marrakech; en el resto del territorio quizás alcancé los 0,2 GB. Las tarjetas se pueden recargar en cualquier tienda de pueblo o «hanut» a partir de 10 DH (1 €).
La conexión wifi en bares y restaurantes es bastante buena, el problema es que se conectan muchos usuarios a la vez y baja la velocidad de conexión. ¡En hora punta es imposible! Por lo general si pides la contraseña wifi te la darán sin obligación de consumir.
Festividades y estilo de vida
Los horarios de los trabajos de oficina son de lunes a viernes. El viernes es el día festivo para los musulmanes y muchos comercios permanecen cerrados. La festividad más importante en Marruecos, como en muchos países islámicos, es el «Día del cordero» (en árabe, Eid al Adha o Aid al-Adha), en el que las familias sacrifican a un cordero para luego comérselo en compañía de familiares y amigos. Durante aproximadamente 5 días es difícil que los restaurantes vendan carne, pero los musulmanes son muy hospitalarios y si pones cara de pasar hambre te ofrecerán pinchos de cordero en cuanto te vean. Mi ruta coincidió con la celebración y pude ver en varias ocasiones procesiones con contínuos rezos en grupo. Incluso una noche, en el pueblo de Toufit, una familia me invitó a dormir en su casa y cenamos brochetas de un cordero que habían sacrificado el día anterior (por cierto, me tocó compartir habitación con lo que quedaba del animal…).
Izqda. Casa de una familia en Meknes, Marruecos. / Dcha. Iluminación en una casa de nómadas en el Atlas, Marruecos.
En los pueblos las casas suelen tener grandes habitaciones con pocos muebles, únicamente cojines alrededor. En esas habitaciones comen, pasan las tardes y duermen. Los nómadas construyen sus casas con palos, piedras, un toldo para protegerse del sol y de la lluvia y alfombras en el suelo para tumbarse a comer y dormir. Nunca falta, en un lado de la tienda, la cocina para preparar el delicioso pan y el té marroquí. En Marruecos las drogas no están legalizadas pero se permite el consumo propio. Está prohibida la venta de alcohol a musulmanes, pero los turistas y los no musulmanes la pueden comprar.
Preparando té en una tienda de pastores nómadas en Marruecos.
A los marroquíes les encanta la música. Para ellos, y los que la disfrutan, la música es un medio de diversión y unión con los demás. Mientras cantan, tocan la guitarra o los bombos, hablan, ríen, beben té y, en definitiva, aprovechan al máximo sus momentos de ocio. He tenido la oportunidad de conocer y compartir momentos inolvidables con varios músicos y he comprobado en primera persona cómo la viven. Siempre aprovechaba para pedir recomendaciones de música del país; apunto algunas referencias por si os apetece sumergiros en la banda sonora de este primer tramo de mi aventura:
- Lemchaheb: grupo formada en el 1974 en Casablanca. Música tradicional marroquí con un estilo influenciado por la música bereber, el rock y el pop.
- Nass el Ghiwan: clásica banda marroquí formada en 1970 en Casablanca. Una de sus canciones más famosas es Fine radi biya khouya.
- Imodda: banda creada en el 2007 desde el silencio del desierto.
- Amine Aminux: ¡Un poco de pop!
Si hay algo que me he encontrado en todo lo ancho y largo de mi ruta por Marruecos ha sido amabilidad y hospitalidad. Me han invitado a sus casas, me han enseñado la intimidad de sus hogares, han compartido su comida, aunque fuera escasa; y se han preocupado por mi bienestar. He conocido a muchos marroquíes que me han ofrecido dinero, me han pagado desayunos y cenas y, me han presentado a amigos y familiares. Todos se han maravillado de mi aventura y me han deseado la mejor de las suertes. ¡Una pasada!
Gastronomía y establecimientos
Por las calles de pueblos y ciudades hay numerosos puestos de comida que venden platos recién hechos de lentejas, alubias, sopas, pollo asado, el típico tajine o grill de pollo o ternera. A los marroquíes les chifla el plan; es un alimento súperintegrado en su dieta y a todas horas lo están cocinando. Las pastelerías también son dignas de cata, seguramente influenciadas por la cultura francesa.
Izqda. Puesto de pollo al grill en el Atlas Marroquí. / Dcha. Horno de pan en Meknes, Marruecos.
En Marruecos se le llama «bar» al establecimiento donde sirven alcohol; «restaurante», en el que puedes comer carnes o platos cocinados; y «casas de té» o «cafeterías», donde sirven café o té, y como mucho pueden cocinarte una tortilla de atún. Habitualmente en los restaurantes se puede encontrar los platos que sirven en los puestos callejeros y, además, la típica cocina internacional (pizzas, hamburguesas, pasta…). Sin lugar a dudas, los puestos callejeros han sido la mejor opción para mí. Por un precio muy asequible, he comido de lujo. Incluso puedes comprar pinchos de pollo o ternera, carne al peso, etc. y te lo cocinan a la brasa, acompañada de una ensalada de tomate. En las zonas de costa, en los puestos también suelen cocinar al grill cualquier pescado que les lleves.
Puesto de aceitunas en el mercado de Agadir, Marruecos.
La fruta es otro de los puntos fuertes de la cultura culinaria de Marruecos. En los cafés preparan unos batidos de frutas y zumos de naranja natural espectaculares y baratísimos. En las calles hay numerosos puestos de higos chumbos para comer al momento; y en los mercados de los pueblos y a lo largo de las carreteras se puede comprar buena fruta por muy poco dinero.
A qué me he viciado 😛
- Melawi (un pan tipo crepe que se suele rellenar con chocolate, miel o queso).
- Mandarinas
- Calamares
- Aceitunas
- Pan recién hecho
- Pastel de milhojas
- Hawai, refresco de naranja original marroquí (más tarde lo compró Coca-Cola)
Reponiendo refrescos Hawai en un fast food de Dakhla, Marruecos.
Moneda y cambio
La moneda marroquí es el dirham marroquí (10 DH equivalen a un poco menos de 1 euro). Hay muchos hoteles y restaurantes donde se puede pagar en euros pero siempre hacen el cambio 10 DH = 1 EUR por lo que siempre ganan en el cambio. Hay veces que también utilizan el real (20 reales equivalen a 1 DH) para hacer cálculos pero ellos mismos te dicen el precio en DH.
Idioma
En Marruecos se habla árabe marroquí y bereber. Por el norte del país es fácil encontrar a marroquíes que hablan español, pero a medida que nos adentramos hacia la zona céntrica de Marruecos el árabe y bereber son mayoritarios. En la escuela se enseña francés; por eso muchos de los marroquíes hablan a los extranjeros en francés y los niños por la calle te saludan con un «Bonjour, ça va bien?». Hay veces que aunque les hables en árabe te contestan en francés, y según ellos, es porque quieren demostrar que han ido a la escuela. En una ocasión un marroquí se rio de mí porque no hablaba francés, y me preguntó si había ido a la escuela :). Si queréis conocer algunas palabras para salir airoso en Marruecos podéis ojear Mi diccionario de supervivencia árabe-español.
Precios orientativos
Restaurante típico marroquí con platos de alubias, garbanzos o lentejas, en Dakhla, Marruecos.
Comida
- Agua: 4-7 DH (0,4 – 0,7 €).
- Te / café: 6-10 DH (0,6 – 1 €). Según la marca el precio varía.
- Bocadillo de carne picada / salchichas con patatas: 10-25 DH (1-2,5 €).
- Pizza pequeña: 25 -45 DH (2,5-4,5 €).
- Plato de lentejas/alubias/garbanzos: 7-20 DH (0,7-2 €).
- Batidos o zumos naturales: 10-15 DH (1-1,5 €).
- Pastas de pastelería: 1-2,5 DH (0,1 – 0,25 €).
- Rosquillas parecidas a los churros: 0,5-1 DH (0,05-0,1 €).
- Pan: 1-2 DH (0,1-0,2 €). Si lo compras en un hanut cuesta 1 DH; y en un bar entre 1,5 y 2 DH.
- Melawi: 2-5 DH (0,2-0,5 €).
- Higos chumbos: 0,5-1 DH (0,05-0,1 €).
- 1 kg de mandarinas: 4-7 DH (0,4-0,7 €).
- 1 kg de plátanos: 15-25 DH (1,5 – 2,5 €).
- 1 kg de arroz: 15-20 DH (1,5 – 2 €).
Transporte
- Trayecto en tren Fez-Meknes (aprox. 60 km): 22 DH (2,2 €).
- Trayecto en taxi Medina de Fez – Estación de tren de Fez (aprox. 4 km): 13 DH (1,3 €).
Alojamiento
- Hostales básicos: 30 – 60 DH (3 -6 €). Ofrecen habitaciones con lavabamanos y baño compartido.
Varios
- Corte de pelo: 20 DH (2 €).
- Hammam: 10-15 DH (1,2-2 €).
Algunas curiosidades
Comiendo garbanzos con la ayuda del pan marroquí en Dakhla, Marruecos.
- Muchos marroquíes me han preguntado por mi religión y se han sorprendido cuando les he respondido que no tengo ninguna. Alguno que otro me ha intentando convencer de que el islam es la mejor religión del mundo, incluso me han llegado a enviar vídeos sobre el islamismo.
- La mano izquierda se considera impura por lo que al saludar, o al comer, solo se utiliza la mano derecha.
- ¿Cubiertos? Eso es para los turistas; sus cubiertos es el pan.
- Entre hombres se saludan con un toque en el pecho; entre mujeres, se besan la mano. Si hay mucha amistad se saludan dándose besos y por la calle van cogidos de la mano. Está mal visto que una pareja (hombre y mujer) vayan de la mano o se bese en público.
- La mayoría de autobuses circulan con la puerta de pasajeros y la compuerta del motor abierta. Los camiones tienen el tubo de escape orientado hacia la derecha. Se pueden ver vehículos de todas las gamas y años.
- Me he acostumbrado a ver a muchos marroquíes con camisetas de carreras populares españolas, de escuelas y universidades. Son camisetas que en España tiramos a los contenedores y que después ellos compran en los mercados de segunda mano.
- Los taxis y bares suelen exhibir escudos del Real Madrid y del Barça. A veces, hablando con taxistas o propietarios de bares, me he enterado que eran aficionados del Madrid, por ejemplo, pero tenían el escudo del Barça. ¿La respuesta? «El cliente está contento». Moroccan, smart people :).
Mujeres caminando por la calles de Tan-Tan, Marruecos.
Hasta aquí un breve retrato de nuestro vecino Marruecos. En la segunda parte de la entrada explicaré los tramos de la ruta que he seguido para cruzar el país, las dificultades que me he encontrado y alguna que otra anécdota que han hecho que cada pedalada haya merecido la pena.