Empezamos la segunda semana del viaje de una manera muy especial. Durante 3 días me acompañará un amigo con el que pedalearé el tramo desde Albacete a Jaén. Se trata de Miguel Ángel, y para aquellos que no lo conozcan, es un compañero de trabajo y amigo con el que hemos compartido algún que otro viaje y locuras sobre ruedas. Él fue el responsable de que diera el primer paso para emprender este viaje. Me dijo:
Cómprate la bici de tus sueños, colócala en el salón de tu casa, donde la veas cada día y ya verás cómo cada vez tu sueño estará más cerca.»
Y así fue. Me acompañó una tarde de primavera a Bicimanía, una tienda especializada de Madrid, y poco a poco, pieza a pieza, la bicicleta que me lleva fue tomando forma. Y también el viaje.
Habíamos quedado en la estación de tren de Albacete y, después del recibimiento y la cerveza de rigor, empezamos a pedalear en dirección a Jaén. ¡Volvíamos a estar en ruta! Agradecí pedalear con un compañero y recordar aventuras y anécdotas pasadas. Miguel Ángel venía provisto de su hamaca; después de una ruta que hicimos por las espectaculares Bardenas Reales, se quedó con más ganas de disfrutar del descanso al aire libre, sin más acompañamiento que los árboles y los sonidos de la noche agreste.
Sin embargo, esa primera noche no encontramos árboles en los que colocar nuestros aposentos, así que nos instalamos en un merendero, a las afueras de Balazote. Cenamos, y nos dispusimos a dormir. ¡O eso creíamos! Al rato empezó a llegar gente y más gente. ¡Estaba todo el pueblo preparado para contemplar las Perseidas! Esa noche no descansamos mucho, pero mereció la pena ver tal cantidad de estrellas fugaces en un cielo claro y despejado.

Al día siguiente pedaleamos todo el día bajo un sol de campeonato, recorriendo carreteras y caminos jalonados de almendros y viñas. ¡Ah! Y también de los intensos olores de las fábricas de cebollas y ajo albaceteñas. Esa noche tampoco encontramos árboles, así que tuvimos que dormir otra noche más al raso. ¡A Miguel Ángel cada vez le quedaban menos oportunidades de colgar la hamaca! Al día siguiente por fin cruzamos a Jaén, ¡tierra de olivos! En cualquier rincón donde miraramos había un señor olivo, siempre acompañado por el sonido incesante de las chicharras. Tuvimos la oportunidad de cruzarnos con una planta generadora de electricidad a partir del orujo de las olivas, así que además de contemplar estos imponentes árboles, ¡pudimos olerlos!

Teníamos planeado acampar la última noche en la Laguna Grande, la extensión de agua más grande de Jaén con categoría de Paraje Natural. Sin embargo, cuando llegamos nos dimos cuenta de que la laguna estaba casi seca y el terreno en muy mal estado, con lo que decidimos volver a Puente del Obispo y dormir al raso otra noche más (Miguel Ángel, esta ruta no era de hamacas). ¡Una lástima!
A la mañana siguiente llegamos, por fin, a Jaén y tras un buen almuerzo nuestros caminos se separaron. Esta despedida fue diferente: Miguel Ángel volvía a casa y al trabajo; yo continuaba en ruta. No íbamos a comentar la jugada en la oficina, ni sabíamos, de hecho, cuándo nos íbamos a volver a ver. Noté, de nuevo, que esta aventura iba en serio, que no era un viaje cualquiera. Espero que pueda volver a compartir un tramo de esta aventura con este crack, ya en tierras más lejanas. ¡Gracias Miguel Ángel por todo!
Continué pedaleando, ya solo, hasta llegar a Granada, donde tenía planeado pasar varios días para descansar y resolver algunos asuntos antes de cruzar el Estrecho. A pesar de las incongruencias de nuestro sistema de salud (no se compartes bases de datos entre comunidades, en algunas las vacunas son gratis y en otras no…), conseguí que me pusieran tres vacunas: la de la fiebre amarilla, polio y la meningococo. Pude poner a punto la bicicleta (limpieza, engrase de cadena, revisión de tornillos y visita al mecánico) y añadí al equipamiento inicial un petate grande y una cubierta la bici. ¡Ah! Y me dio tiempo a recuperar fuerzas gracias a la cervecita y el tapeo granaíno :). Ahora sí, estaba listo para dirigirme a Algeciras e irme acercando al sur del sur.
