Guinea, a cuestas con el ritmo africano

| 8 comentarios

A Guinea se le suele llamar Guinea Conakri para diferenciarlo de otros países, como Guinea-Bisáu o Guinea Ecuatorial. Salí de Dakar rumbo a este país vecino acompañado de Nico, de Asturias; y Roberto, de Ibiza, dos cicloturistas que conocí en la capital senegalesa. Partimos los tres encantados de pedalear en compañía; y al cabo de 9 días llegamos al pueblo fronterizo con Guinea Conakri. En cuanto llegamos vimos aparecer dos militares, armados y pelando naranjas con sus machetes; nos saludaron y nos hicieron entrar en una casa construida con bambú. Al rato apareció otro militar que apuntó nuestros nombres en una libreta y nos puso el sello de entrada… Nos extrañó lo fácil que había sido… Dimos una vuelta por el pueblo y… ¡localizamos un bar! Encontrar cerveza tan rápidamente era algo extraordinario así que lo teníamos que celebrar. Se disputaba la Copa Africana de Naciones y el bar estaba hasta los topes; nos sentamos y nos sirvieron unas cervezas a temperatura ambiente (no nos podíamos quejar). Nos dimos cuenta de que el que servía era uno de los militares que nos había recibido; y el que estaba sentado a nuestro lado bebiendo ginebra sin parar nos había puesto el sello en el pasaporte. Sí… Habíamos llegado a Guinea Conakri.

La frontera entre Guinea y Senegal.

Guinea en datos

País: Guinea
Lema: «Trabajo, Justicia, Solidaridad»
Capital: Conakri
Idiomas oficiales: Francés
Forma de gobierno: República semipresidencialista
Religión: Musulmana
Superfície: 245.857 km²
Punto más alto: Monte Nimba
Población total: 9.452.670 habitantes
Densidad: 38,5 hab./km²
Moneda: Franco guineano (GNF)
Uso horario: UTC

(*) Datos obtenidos de wikipedia.org

Gastronomía

Los que me seguís sabéis que para que un país me enamore, me lo tengo que comer. Y descubrir recetas locales y platos sorprendentes es uno de los mejores souvenirs que uno se puede llevar de un país. La verdad es que en Guinea no encontré mucha variedad gastronómica, pero me topé con una especialidad de la que me declaré fan incondicional: le broixete de viande. Sabrosísimos pinchos de carne con los que nos hacíamos unos bocadillos de muerte, acompañados de una salsa picante riquísima. Durante el recorrido por Guinea, Nico y yo probamos más de 10 pinchos diferentes ¡y hasta teníamos nuestro top 3 de los mejores bocadillos!

Un alimentos que abunda en Guinea son las naranjas; había tantas que nos regalaban por el camino. Muchas de nuestras cenas consistieron en naranjas de primero, y plátanos de segundo. Aprendimos una forma alternativa de comerlas: pelar la corteza dejando la piel blanca en el exterior, hacer un corte en la parte superior y exprimir la naranja con las manos sorbiendo el zumo.

Cualquier momento es bueno para jugar con los niños.

A qué me he viciado 😛

  • Brochetas de carne.
  • Naranjas recién cogidas del árbol.

Moneda y cambio

La moneda de Guinea es el franco guineano (GNF); 10.000 GNF equivalen a 1 euro, así que hacer la conversión es algo bastante sencillo. Hasta la ciudad de Labé (con unos 45.000 habitantes, una de las más pobladas del país) no encontramos ningún cajero, así que nuestra única opción fue cambiar el franco CFA de Senegal en las pequeñas tiendas de los pueblos.

Idioma

El idioma oficial es el francés aunque en las aldeas se habla el fula o maninka, entre otras lenguas africanas.

Precios orientativos

  • Plato de arroz simple: 1.000 GNF (0,10 €).
  • Plato de arroz con salsa: 5.000 GNF (0,5 €).
  • Cerveza: 10.000 GNF (1 €).
  • Tres naranjas: 1.000 GNF (0,10 €).
  • Bégné: 500 GNF (0,05 €).
  • Brocheta de carne: 1.000 GNF (0,10 €).
  • Barra de pan:  1.000 – 3.000 GNF (0,10 – 0,30 €).
  • Lata de refresco: 6.000 GNF (0,60 €).
  • Bolsa de agua: 500 GNF (0,05 €).
  • Hotel básico: 40.000 – 100.000 CFA (4 – 10 €).

Pedaleando por Guinea Conakri: la ruta

Justo al cruzar la frontera con Senegal pudimos comprobar lo que habíamos leído sobre Guinea: a pesar de ser un país con un extrema riqueza en minerales, es uno de los más pobres de África, con más del 60% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza.

De la frontera hasta Labé

Nuestro previsión inicial era ir, en un día, de la frontera con Senegal hasta la ciudad de Mali (a unos 75 km); y de Mali a Labe en un par de días (en total eran unos 120 km). Pero como dijo John Lennon, la vida es aquello que te ocurre mientras tú estás ocupado haciendo otros planes…  El terreno se volvió cada vez más agreste y dificultoso, así que tardamos tres días en llegar a Mali; y otros tres más para llegar a Labé.

Atravesando la Media Guinea.

A cada pedaleada aumentaba el color verde, la selva, las piedras y los árboles gigantes. Fueron días duros, pedaleábamos una media de 30 km al día y empujábamos la bici de 7 a 9 horas diarias. Eso sí, estábamos totalmente alucinados con el escenario en el que nos encontrábamos: parecía que en cualquier momento iba a aparecer un gorila entre las enormes rocas. Oíamos a los pájaros, ramas que se rompían y monos que chillaban. Este espectáculo natural mitigaba el gran esfuerzo físico que teníamos que hacer para avanzar.

Sup.: Roberto (izquierda) y Nico (derecha) tirando del carro. Inf.: Unas veces te ayudan los niños y otros veces tú a ellos.

Intentando pedalear por estas pistas nos encontramos con unas modernas farolas solares que nos indicaban que estábamos entrando en un pueblo. Sin embargo, al llegar observamos las calles sin asfaltar, las casa de paja y barro y ni una tienda para comprar comida. No había agua corriente ni electricidad… Más tarde nos explicaron que la «extraña modernidad» se debía a un artista que había hecho una donación para la instalación de farolas solares en varios pueblos de Guinea.

¡Lo conseguimos!

Finalmente, después de tres días de respirar mucho polvo y sudar a mares, llegamos a la ciudad de Mali, situada en lo alto de las montañas. Nos dijeron que desde allí la carretera ya estaba mejor y que circulaban muchos camiones. Y tenían razón: pasaban muchos camiones cargados de gente; pero también la carretera estaba llena de transeúntes que iban más rápido a pie que en camión. Nos esperaban otros tres días de caminos de tierra en los que no había otra manera de quemar kilómetros que empujando la bici.

En Labé nos alojamos en el Hotel Les Tourists (en una habitación grande por 100.000 GNF (10 euros)) durante dos noches. ¡Necesitábamos un descanso! En la ciudad encontramos mercados, bancos, bares, restaurantes y, sobre todo, ¡puestos callejeros de comida! En Labé comimos nuestras primeras brochetas de carne con pan… ¡Mmm! A Roberto se le terminaba el visado así que nos abandonó para hacer parte del trayecto en autobús. Nico y yo continuamos pedaleando, pero ahora sí, sobre carretera asfaltada. ¡Qué felicidad! Decidimos desviarnos del camino para visitar las cascadas Kinkon, pero a 300 metros del lugar nos encontramos una barrera; y a un lado, una señora, dos hombres en chándal y otro vestido con unos pantalones militares. Nos informaron muy amablemente de que si no teníamos autorización no podíamos pasar, pero que por unos módicos 20.000 GNF (dos euros) cada uno, nos hacían el favor de firmarnos la autorización. Estuvimos un rato discutiendo con ellos, explicándoles, una vez más, que aceptar sobornos y engaños no estaba en nuestros planes de viaje. Todo en vano, nos tuvimos que dar media vuelta con nuestra bici.

Mamou – Faranah – Kissidogou

Las carreteras que nos encontramos de Labé en adelante estaban en muy buen estado, así que las rodadas durante esos días fueron muy placenteras. Además de asfaltadas, las carreteras estaban rodeadas de muchísima vegetación, lo que nos impedía, al acercarse la noche, encontrar llanuras para acampar. Esto hizo que tuviéramos que dormir, casi siempre, en aldeas, escuelas o edificios militares en que nos dejaban instalarnos.

Dormir en las aldeas es una forma increíble de conocer de cerca cómo viven sus habitantes: ya os he hablado de su hospitalidad, ha habido veces que nos han cedido sus propias habitaciones para dormir.

Kissidougou – punto fronterizo con Costa de Marfil

Después de 12 días pedaleando llegamos a Kissidogou, otra de las ciudades importantes del país. Dormimos en el Hotel Kissi por 40.000 GNF (cuatro euros) la noche. En cuanto llegamos guardamos las bicis, nos dimos una ducha y fuimos a explorar la ciudad. A la vuelta el encargado nos dijo que su jefe le había dicho que no podíamos dormir los dos en una misma habitación… Intuímos el motivo de ese cambio, y no era precisamente el económico. El jefé pensó que Nico y yo éramos pareja, y en muchos países de África la homosexualidad es un delito (Derechos LGBT por territorios). Nico optó por estirar su esterilla en el suelo (todo un caballero 😍) y asegurarle al encargado que iba a dormir en el suelo. Parece que le convenció y nos dejó un poco tranquilos.

Un árbol gigante totalmente invadido por palomas y sus excrementos añade un poco más de suciedad a Kissidogou.

Entre Kissidougou y la frontera con Costa de Marfil atravesamos la llamada Guinea Forestal, una impresionante planicie llena de exuberantes bosques vírgenes con vistas al Parque Nacional de los Montes Nimba, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Guinea Forestal.

La última noche antes de cruzar la frontera fue antológica. Acampamos en el centro de una aldea después de pedir permiso. Nos duchamos y nos preparamos para cocinar algo de cena mientras caía la noche. Cuando se hizo oscuro, empezó la fiesta. Al lado de nuestras tiendas, mujeres y niños empezaron a bailar al ritmo de un MP3 con pilas. Nos animaban a unirnos al baile, así que nos arrancamos en medio del follón, a bailar música africana, la Macarena y algún que otro temazo mítico del estilo. Cada vez había más gente bailando; los hombres jóvenes y mayores se acercaban y nos observaban con cara impávida, algunos riendo y con ganas de unirse a la fiesta. Algunos parecía que se enfadaban con sus mujeres. Al final del baile, nuestras tiendas acabaron totalmente cubiertas del polvo del ritmo africano. No pudimos tener una mejor despedida de Guinea. 😊

Entrando en la aldea donde pasamos la última noche en Guinea.

Track de la ruta

Guinea en números

Tiempo y distancia

Fechas: 14/01/2017 - 02/02/2017 (20 días)

Distancia recorrida: 1.095 Km

Distancia media por día: 57,6 Km / día

Índice de apalancamiento: 5 %

Presupuesto

Total gastado: 76 €

Media de gasto diario: 3,8 €

Visa: 75 €

¿Dónde he dormido?

Hotel: 4 días (20%)

Acampada libre: 4 días (20%)

Poblados: 5 días (25%)

Conocidos en el camino: 3 días (15%)

Edificios públicos: 4 días (20%)

Entradas en el blog


Comentarios

  1. Ferrán aunque sea duro el camino como me gustan tus vivencias, me encanta verte tan bien y que encuentres gente por el camino que te acompañe. Disfruta mucho pues a través de ti vamos haciendo aventura. Que Dios te proteja y bendiga.

  2. Ferrán, que maravilla de experiencia; cuanto me hubiera gustado bailar en ese poblado. Un abrazo muy fuerte.

    1. África te sorprende cuando menos te lo esperas 🙂

  3. Amigo estas vivencias que nos dejas….son espectaculares….parece que estamos allí. Muchas gracias tío!! Y sigue así. Fuerza y ánimo!

    1. Mi principal objetivo es acercaros otras culturas, ¡me alegra que te haya gustado Samu! 🙂

  4. HOLA FERRAN
    Por las fotos, te veo absorto contemplando la aurora y el lucero del alba, y escapar de los vientos subtropicales y enfilar hacia el cono sur, y dar el salto a los confines de America .
    Mientras tanto nosotros aquí en la gran ciudad, seguimos tragando polución, (como te envidiamos)
    En tu caminar por doquier vas alternando la lumbre del día y la frescura de la noche , y aquí nos quedamos pasmados mirando tu gesta.

    1. ¡Gracias Miguel!
      Guinea Conakry es un país para quedarse embobado aunque por aquí también se respira mucha polución.
      Un abrazo 🙂

Responder a Conchi Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.