La entrada en Gambia, junto a Robin —con el que llevaba 20 días pedaleando por Senegal—, fue en un momento especial. Después de 22 años con un mismo presidente, los partidos políticos opositores se habían unido para desbancarlo. Y en efecto, enseguida nos dimos cuenta de que algo importante había sucedido. Al poco de entrar en el país vimos como los pasajeros de un autobús de línea, al paso por un pueblo, habían detenido el autobús para celebrar la buena noticia con cánticos, música y bailes. De forma democrática, se había acabado con más de dos décadas de dictadura encubierta.
Gambia en datos
País: |
Gambia |
Lema: |
«Progreso, Paz, Prosperidad» |
Capital: |
Banjul |
Idiomas oficiales: |
Árabe |
Forma de gobierno: |
República presidencialista |
Religión: |
Estado laico. 90% sunní (islam) |
Superfície: |
10.380 km² |
Punto más alto: |
Red Rock (53 msnm) |
Población total: |
1.825.000 habitantes |
Densidad: |
132 hab./km² |
Moneda: |
Dalasi (GMD) |
Uso horario: |
UTC |
(*) Datos obtenidos de wikipedia.org
Gastronomía
La comida en Gambia es muy similar a la de Senegal; los platos más habituales son, principalmente, a base de arroz. Es posible que la única diferencia sea el amor y la alegría con que los cocinan… Si los senegaleses son alegres, los gambianos me acabaron de sorprender del todo :).
Izq.: Bégnés recién hechos. Der.: Típica cocina de un restaurante de mercado.
A qué me he viciado 😛
- Yam frito (una especie de patatas).
- Bégné (el vicio empezó en Senegal y en Gambia confirmé mi adicción sin remedio por este dulce).
Moneda y cambio
La moneda legal en Gambia es el Dalasi Gambiano (GMD). 1 euro equivale a 48 GMD. Lo mejor para orientarse con los precios es hacer el cambio: 1 euro equivale a 50 GMD. La inflación de la economía que impera en el país hace que sea mejor cambiar el dinero en el mercado negro antes que sacar dinero de los cajeros.
Idioma
Hasta el 2014 el idioma oficial de Gambia fue el inglés. En la actualidad es el árabe, pero en casi cualquier lugar se habla inglés, además de las lenguas regionales, como el wólof, el fula o el mandinga. Mi nivel de francés deja mucho que desear, así que para mí fue un alivio viajar por un país en el que podía responder todas las preguntas que me hacían y yo podía preguntar cualquier cosa que se me pasara por la cabeza. Era curioso escuchar sus conversaciones: mezclaban su idioma regional con el inglés. ¿El motivo? Porque les gustaba hablar inglés, me dijeron.
Precios orientativos
- Pan: 6 – 12 GMD (0,12 – 0,24 €)
- Plato de arroz: 75 GMD (1,5 €)
- Botella de agua de 1,5 litros: 30 GMD (0,6 €)
- Cerveza: 35 – 50 GMD (0,7 – 1 €)
- Pan con chocolate: 15 GMD (0,3 €)
- Habitación doble sencilla: 300 GMD (6 €)
- Habitación doble con AC: 600 GMD (12 €)
- 1 hora de conexión a Internet: 24 GMD (0,48 €)
- 5 galletas: 5 GMD (0,10 €)
- 1 plátano: 5 GMD (0,10 €)
- 1 sandía: 50 – 100 GMD (1 – 2 €)
Pedaleando por Gambia: la ruta
Gambia está rodeado por Senegal; su nombre se debe al río Gambia, que recorre todo el país. Al ser un país rodeado completamente por Senegal creíamos que no íbamos a encontrar muchas diferencias, a excepción de la lengua. Sin embargo, nos sorprendió mucho la alegría de los gambianos —todavía mayor que la de los senegaleses—, y sobre todo, su buena mano con la comida. Planificamos una ruta que fuera de Este a Oeste: iríamos cruzando el río Ggambia para visitar las partes Norte y Sur de aquel pequeño país.
Frontera Manda Douane – Base Santa Su
La frontera entre Senegal y Gambia se llama Manda Douane y es, básicamente, un chiringuito de madera en medio de la carretera. Allí se encontraban dos policías y un tercer personaje, el típico individuo que deambula por ahí, sin saber muy bien cuál es su cometido. No sabíamos que aquello era el control fronterizo, así que pasamos de largo el lugar hasta que 5 km después y llegar a una aldea donde hablaban inglés, nos enteramos que ese chiringuito era donde ponían el sello de salida de Senegal. Vuelta a por el sellito. «¿Es vuestra primera vez en Gambia?». «No, es nuestra segunda vez».
Control fronterizo de entrada en Gambia
Gambia fue una importante colonia inglesa (se independizó de Reino Unido en 1965); y los ingleses mantienen allí algunos privilegios, como el sello de entrada gratuito. Robin no pagó un dalasi; yo en cambio, tuve que pasar por caja y abonar el visado. En la frontera no podían hacerme el visado, pero sí en la ciudad de Basse Santa Su, donde estaba la oficina de inmigración. Me adentré en el país como un «sin papeles», con un debate interior sobre si debía pagar el visado o no. Continuamos la ruta prevista y desde Fatoto, un pequeño pueblo al Este de Gambia, cruzamos por primera vez el río Gambia. Una pequeña embarcación nos llevó a la otra orilla por 25 GDA (0,5 €) cada uno. Al otro lado del río pudimos comprobar cómo el asfalto era cada vez más escaso, los poblados menos numerosos y todo parecía más abandonado.
Primera vez que cruzamos el río Gambia. ¡Qué miedo!
Nos adentramos por los caminos de arena; de vez en cuando cruzábamos aldeas y algún que otro grupo de buitres devorando cadáveres de animales. En una de estas aldeas conocimos a un gambiano que había estado trabajando en España; no quería volver; ya no había trabajo, decía. Le comenté que había entrado a Gambia sin el visado, de forma ilegal y le pregunté si había muchos controles policiales. Me dijo que no me preocupara, que había algún control, pero que «esto es África, aquí todo es más flexible, no es como en Europa».
Pedaleando por las carreteras de arena en la parte Noreste de Gambia.
Mi inquietud por mi «situación ilegal» no desaparecía, así que decidí finalmente ir a por el visado. Volvimos a cruzar el río Gambia para llegar a la ciudad de Basse, esta vez en un ferry que transportaba coches (10 GDA (0,20 €) cada uno). Llegamos temprano así que visitamos varios hoteles antes de decidirnos por uno cuya habitación doble (600 GDA (12 €)) tenía nevera. ¡Ese lujo de poder beber el agua fría! Fui a la oficina de inmigración y, por unos módicos 60€, me dieron un visado de 3 meses multientrada (cuyo sello tuvieron que probar antes en un papel porque no tenían ni remota idea de cuál era su validez… ¡profesioná!).
De vuelta, al llegar al hotel vi a Robin sentado en una mesa con 3 más. Su cara era diferente, algo pasaba… Resulta que eran tres curas católicos que le habían invitado a comer… ¡cerdo! En cuanto lo vi, y ellos vieron mi cara, me invitaron a la mesa. Llevaba 3 meses sin probar carne de cerdo… ¡Mmm, estaba deliciosa! Después de comer nos invitaron a tomar con ellos unas cervezas. Cada religión tiene sus costumbres, qué le vamos a hacer… Ya con el visado, y la panza bien llena, continuamos nuestro camino, pero esta vez por carretera. Nuestro siguiente destino era la ciudad Janjanbureh, conocida como «la isla de los esclavos».
Janjabureh – Wassu y Farannelly
Janjanbureh, con algo más de 100.000 habitantes, es una importante ciudad de Gambia construida en una isla en medio del río Gambia. También se la conoce como Georgetown y fue centro del comercio de esclavos. En la actualidad es un pueblo tranquilo, un lugar turístico con el típico trato para con los visitantes. Todos quieren explicarte la historia del pueblo, la anécdota de ese o aquel rincón, pero en cuanto les dices que no tienes dinero el interés se disipa rápidamente. Nos alojamos en el Baobab Lodge, un sitio limpio y a buen precio. Al ser un lugar turístico, todo era más caro que en otras ciudades pero finalmente conseguimos precios locales para comer y beber a la orilla del río Gambia, mientras veíamos cómo los niños se divertían con el agua.
Pinturas murales sobre la esclavitud en la ciudad de Janjabureh.
Después de pasar una tarde tranquila, y habiendo dormido en cama, pedaleamos hacia Wassu, un pequeño pueblo en la región de Central River. Decidimos ir por el camino largo para pasar cerca del Parque Nacional River Gambia, lleno de nenúfares y montones de aves. Había que volver a cruzar el río Gambia, y esta vez iba a ser un poco más complicado.
Llegamos a la orilla del río y, después de esperar 2 horas, ya embarcamos. Preguntamos el precio y el encargado nos pidió 50 GDA (1 €) a cada uno. Según nos dijeron otros pasajeros era 10 veces más del precio habitual, así que nos quejamos sin esperanza de que nos comprendiera. Después de discutir un rato decidimos embarcarnos y a los tres minutos llegamos al otro lado del río. Bajamos y ya en tierra firme le dimos 50 GDA (1 €) por los dos; nos fuimos sin decir ni mú y al barquero se le quedó la boca abierta. En África, por lo que voy viendo, están habituados a que los turistas acepten sin problemas cualquier precio que se les diga. No están acostumbrados a que los extranjeros se quejen porque se les cobre 50 céntimos de euro más…
Una vez en Wassu nos hicimos amigos del jefe de policía, que muy amablemente nos indicó dónde comer bien y nos recomendó algún hostal por si que queríamos pasar la noche. Un encuentro que más adelante, como os contaré, resultó ser de gran ayuda… En Wassu teníamos previsto visitar una famosa formación de piedras megalíticas, conocida como Wassu Stone Cercle, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Nuestra imaginación empezó a dibujar una especie de Stonehenge africano, megagrande y súperimpresionante. Justo lo que nos encontramos…
Impresionante descampado llamado Wassu Stone Cercle…
Después de comer nos acercamos a ver el famoso círculo de piedras. Y de piedra nos quedamos… Parecía una broma, desde fuera era como si alguien hubiera puesto cuatro piedras antes de que nosotros llegáramos. Ya dentro del recinto había un hombre al que saludamos y nos contestó con un «I am Stoneman». Y, sobre todo, que le teníamos que pagar la entrada para ver las piedras. Le echamos un vistazo al recinto y vimos que no estaba muy cuidado y decidimos que no íbamos a pagar para pasearnos entre cuatro piedras, aunque las hubiera puesto ahí el Dios de las piedras mágicas. Le dijimos que no íbamos a pagar y que veríamos tal espectáculo megalítico desde detrás del muro (de medio metro de alto). A lo que nos respondió que mirar las piedras sin pagar estaba prohibido (el surrealismo de la escena iba creciendo), y nos amenazó con que no se nos ocurriera hacer ni una foto…
A pesar de las amenazas de Stoneman, y dada la absurdez de la situación, desafíamos toda lógica y permanecimos observando las piedras desde el exterior del muro. Arriesgando nuestra integridad física, nos atrevimos incluso a hacer fotos. Al cabo de 5 minutos estábamos ya de vuelta a Wassu, donde nos esperaba un policía. Nos detuvo y al rato llegó Stoneman acusándonos de hacer fotos de las piedras sin pagar. Nosotros le explicamos al policía, con mucha paciencia y cariño, que en ningún sitio indicaba que estaba prohibido hacer fotos y que, en ningún momento, entramos al interior del recinto. El policía se puso nervioso y, aquí la cosa se puso seria. Empezó a gritarnos que iba a venir la Interpool a registrarnos para ver si teníamos pornografía infantil, porque muchos extranjeros iban a Gambia atraídos por el turismo sexual infantil. La acusación indiscriminada y totalmente aleatoria ya nos acabó de sacar de quicio, así que nos subimos a las bicis y pedaleamos rápido para que el polícia no pudiera retenernos. Fuimos a buscar a nuestro amigo policía para que pusiera un poco de juicio en toda aquella situación. Finalmente, después de una intensa conversación, la cosa se resolvió y pudimos ir en paz, y con las fotos de las piedras.
Círculo de piedras en la ciudad de Wassu.
Stoneman y algún que otro policía fueron la excepción. La mayoría de gente de Gambia es increíble.
Después de librarnos de un registro por parte de la Interpool fuimos a Farafenni, una ciudad fronteriza con Senegal, bastante grande y con buen ambiente. Nos recomendaron el Chaku Bantang Motel, en el que la habitación costaba 300 GDA (6 €). Cerca del motel estaba el mercado, con los típicos puestos de comida que tanto nos gustaban. Entre ellos había una mujer que cocinaba yam frito (una especie de raíz parecida a la patata) y la servía con una salsa ES-PEC-TA-CU-LAR. Le hicimos tantas visitas a lo largo de la tarde que al final ya nos invitaba. Acabamos el día en el motel bebiendo unas cervezas, recordando nuestro encuentro con Stoneman e imaginando los que nos quedaban por vivir.
Izq.: Yam frito. Der.: Puesto de verduras en el mercado de Farannelly.
Track de la ruta
Gambia en números
Tiempo y distancia
Fechas: 5/12/2016 - 14/12/2016 (10 días)
Distancia recorrida: 389 Km
Distancia media por día: 43,22 Km / día
Índice de apalancamiento: 10 %
Presupuesto
Total gastado: 50 €
Media de gasto diario: 5 €
Visa: 50 €
¿Dónde he dormido?
Hotel: 4 días (40%)
Acampada libre: 6 días (60%)
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